martes, 27 de diciembre de 2011

EDUCACIÓN DESDE EL DIAGNÓSTICO

Y ahora:  ¿Cómo se puede ayudar a un niño o niña con inactividad?
Se trata de una serie de pautas educativas para seguir con ellos tanto por parte de educadores como por parte de padres.
- En primer lugar debe existir una buena comunicación y colaboración entre los tres entornos implicados:  padres, profesores y médico, sin olvidar al principal que es el niño.
- Organizar unos encuentros periódicos para revisar, reforzar y razonar ("las 3 erres") con los entornos de los que hemos hablado.
- Plantear las tareas a realizar de una forma fraccionada en caso de que sea demasiado larga para el niño, o bien  tratar de alargar el tiempo de atención a la misma.
- Motivación en lugar de castigo:  Alabar los logros conseguidos para obtener así el interés del niño por aprender y su recompensa retroalimentará su ansia por continuar aprendiendo cosas.  No olvidemos que todos tenemos creado un pequeño orgullo cuando conseguimos asimilar algo nuevo.  
El castigo lo único que consigue es frustración, apatía, y puede ser el comienzo de una espiral de tristeza peligrosa.
- Poner al niño con compañeros que presten atención con facilidad.
- Evitar en la medida de lo posible que pueda tener dispersión ambiental.  Es decir, situarle lejos de ventanas o estímulos que le puedan distraer.
- Procurar establecer un contacto visual o incluso poniendo una mano sobre su hombro para que preste atención en las explicaciones.
- Preguntar de forma discreta si se ha entendido lo expuesto.  Se puede hacer al niño preguntas sobre la tarea para asegurarnos.
- Estar cerca del niño con hipoactividad siempre que se pueda para verificar si lo está haciendo correctamente, si se centra...

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